domingo, 5 de octubre de 2025
Os He Mostrado el Camino; el Camino de la Cruz Es el Último Sendero de Vida
Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Christine en Francia el 28 de septiembre de 2025

[EL SEÑOR] ¡Cuidado con los vientos! Solo es un Viento. El Diablo aleja los corazones.
[Por la tarde]
[EL SEÑOR] Buscad primero el Reino de los Cielos(1) y se os dará la Gracia; morará en cada uno de vuestros hogares.
El hombre nunca deja de correr cuando debería descansar; habla incansablemente en lugar de guardar silencio, entrando en el silencio y viniendo a Mi lado. Yo habito en el hombre, pero aún más en aquellos que guardan silencio, quienes llevan consigo el silencio: el Amor que soy yo. Miríadas de estrellas habitan dentro del hombre; para descubrirlas, solo necesita silenciarse ante los mil cuidados del mundo y entrar en el Cielo de Mi Corazón. Yo habito en el hombre; en aquellos que Me acogen, permanezco, y con Mi Fuego les doy calor, paz y la certeza de Mi Presencia.
Hijos, abrid vuestros corazones al Viento que viene. Sabed esto: vendré como un ladrón, y os transportaré a la galaxia de Mi Corazón, y quedaréis cautivados, sin otra opción más que postraros ante Mi llamada. Vengo a llamar y buscar a los Míos, para trasportarlos lejos de las infamias del mundo y librarlos de las garras de los malvados que acechan. Vengo a traer Mi Paz al hogar de Mis propios hijos y renovar en cada uno el Bautismo de la vida, una Vida verdadera en mí, vuestro Salvador.
Vigilad constantemente, hijos, con vuestros corazones en los Míos, lejos del ruido del mundo, en el silencio del corazón. Llamo a Mis propios hijos, a todos ellos, en el mundo invisible, para prepararse para Mi Venida. El tiempo está cerca y transportaré a cada uno de Mis hijos al Reino de Mi Padre.
Habrá gran discordia y los hombres tendrán miedo. No temáis, sino que en silencio vigilad y orad. La oración, hijos míos, consiste en mirarme y amarme, en entregaros a Mí para que Yo os guíe por el camino. Muchos estarán solos y será una prueba, una prueba de fe, una prueba de perseverancia.
En vuestros corazones devotos llevo Mi Luz. Nunca desesperéis, no temáis ni siquiera en las peores pruebas. Os He Mostrado el Camino; el Camino de la Cruz Es el Último Sendero de Vida. Vuestra mente es humana; debéis aprender a elevarla, a colocarla en Mi Corazón para que se transforme y vuestras almas vuelen al Sol de Mi Corazón.
Yo soy Aquél Que Es, quien os trae paz y abre el camino ante vosotros. Soy la Luz que entra en vuestros corazones y almas para daros el Fuego del Cielo. No temáis al ardor del corazón; da vida, no temáis sino avanzad. En el Sol de Nuestros Corazones, Mi Padre y Yo os esperamos; encontraréis descanso y fortaleza, y en la batalla de los últimos días que están por venir, adquiriréis fuerza; se os dará. En el silencio del corazón, venid a recargar vuestras baterías; encontraréis una fuente de agua viva cerca de Mis Tabernáculos donde estoy y donde espero a cada uno de vosotros para daros paz y fortaleza. No perdáis tiempo, porque la época de la Gran Tribulación se acerca rápidamente y no lo veis.
Estad atentos, el Diablo es astuto y vosotros sois su presa, aquellos a quienes busca. Vigilad en todo momento, orad en todo momento. Vigilad y orad sin cesar de recurrir a Nuestros dos Corazones unidos: aquel de Mi Madre y el Mío.
Hijos, debéis ser fuertes en los tiempos venideros, no os inclinéis pero sostened alta la espada de la victoria que es la confianza en Nuestros dos Corazones unidos y tomad el camino hacia la liberación. Sabéis que habrá muchas mentiras, muchos habladores suaves, muchos mentirosos y también muchos sepultureros. Las mentiras llenarán muchos corazones, pero no sorprenderán a aquellos que vigilan en el Mío.
Hijos, es tiempo de arrepentimiento y es tiempo de Victoria, escondida bajo la bandera del Mentiroso (2), cuando se levante, lo destruirá, será tomado por sorpresa y colapsará. ¡Gloria al Cielo de toda Gloria! El Padre, Mi Padre, vuestro Padre, viene a buscar a los Suyos para llevarlos al regazo de su Corazón y liberarlos de los sepultureros.
Hijos, la Victoria está llegando, ya está aquí, escondida bajo la espada de San Miguel Arcángel.
Hijos, vengo a reunir a los Míos y llevarlos a la Vida Eterna. Vengo a aplastar el orgullo del Infame y precipitarlo en el Infierno eterno. No temáis, mantened vuestra confianza, orad y entregaos a Nuestros dos Sacratísimos Corazones.
Vigilad, hijos, vigilad en silencio. A través de la cruz pasa todo hombre; os vigilo para guiaros por el camino. No temáis, he vencido a la muerte, vosotros también venceréis, ¡os he mostrado el camino!
En silencio, depositad vuestros corazones. En la morada del corazón se os trae incienso.
(1) Cf. [ Mt 6 :33-34]
(2) La Victoria está velada por la pantalla de mentiras y engaños que constituyen el estandarte de Satanás.
Fuente: ➥ MessagesDuCielAChristine.fr